miércoles, 24 de octubre de 2007

Carta del Che a sus hijos...


A mis hijos:

Queridos Hildita, Aleida, Camilo, Celia y Ernesto:

Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes.Casi no se acordarán de mí y los dos más chiquitos no recordarán nada.

Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa, y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.

Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza.

Acuérdense de que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada.Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.

Hasta siempre, hijitos, espero verlos todavía.

Un beso grande y un gran abrazo de
Papá...

En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ése, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten a entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria.

Me encontré con este texto de casualidad y para variar me acordé de vos. Tal vez estemos atravesando momentos más que difíciles por el peso que tienen las vivencias que hoy se nos presentan a cada uno de nosotros. Nuestra sensibilidad nos hace únicos, y sería buenísimo que nos haga inseparables. Ante la adversidad, considero que nos tenemos que hacer más fuertes, y como siempre decís, “cerrar filas entre nosotros”.

No quiero que me duelas. Sólo necesito que me tomes de la mano para seguir adelante.

Estoy.

Ya lo sabés.

Imagen: WEB

jueves, 27 de septiembre de 2007

Aprender


La vida se encargó de darme las cachetadas necesarias como para que creciera de una buena vez. El destino se dio el gusto de burlarse de mí lo suficiente y, cuando se sentó a mi lado, advirtió: "tus días serán extremadamente ciclotímicos como para que no te aburras, te desorientes y necesites volver a empezar todo el tiempo, pero te puedo asegurar que tus instantes de felicidad serán inolvidables, e incomparables con lo que puedas imaginarte". Así fue.

Soy una mujer frágil que no lo aparenta, e intento vivir mi presente como si fuera el último... arrebatada y exagerada con mis pasiones, camino tratando de llenar mis pulmones de aire puro para no ahogarme con la angustia que, insolente, me asalta cuando se le da la gana. No por mi, sino por la prepotencia de quienes se empeñan en oscurecer lo que siento.

RESPETO... eso me dejó la vida. Aprendí lo que es el respeto. Me enseñó a caminar sobre el fuego, a quemarme, a lastimarme, y a pesar de todo, me explicó que no odiara porque me llenaría de resentemientos, de cáncer... Me hizo llorar hasta secarme por dentro, hasta sentir que no había más trapos para escurrir en mi estómago, pero a su vez me dio de beber del más dulce de los besos que alguna vez soñé, y me hizo enamorar.

Respeto por las personas que amé. Respeto por el hombre que hoy está a mi lado. No me arrepiento de ser así, aunque no pueda evitar sufrir por las injusticias que me rodean. Tal vez deba aprender a ser más audaz, menos sensible e inocente, INDIFERENTE con el resto del mundo. No creo poder hacerlo...

Alguna vez me sentí menos que alguien... Un alguien que tenía forma de mujer, otros rasgos... Ella y yo, distintas... Cometí el error de compararme para saber el por qué de las cosas. Y en medio de una depresión que me estaba consumiendo, un amigo me abrazó y me dijo: "ABSOLUTAMENTE NADIE PUEDE COMPARARSE CON VOS. NO ES AL REVÉS. NO TE COMPARES PORQUE VOS SOS EL PARÁMETRO. CREEME, VOS SOS LA MUJER". No le creí, pero esas palabras me devolvieron la sonrisa. A partir de ahí me paré, arreglé mi cabello y continué mi camino.

Ayer me pasó lo mismo. Caí en la comparación cobarde. Con la garganta cerrada, me quedé una hora en el baño tratando de expirar la furia que me invadía. Lloré con la fuerza de una criatura, golpeé mis puños contra la pared... y recordé aquella frase... Mi hombre dormía... o tal vez no. Poco importaba en ése momento. Éramos ella y yo de nuevo. Una vez más enfrentadas en mi imaginario. Sin golpes, pero peleando por mi autoestima, esa que me robó hace 7 años por pura debilidad. Entonces, en el momento más álgido de la bronca, alcé mi vista y me miré al espejo. Sequé mis lágrimas. Acomodé mi cabello y sonreí.

"Mi amor, te pasa algo" escuché. "No, ya me acuesto". Respiré hondo y sentí que había ganado.

Gané mi pelea. Pero el terror de perder, de verlo partir, todavía lo llevo conmigo... y duele tanto...

Imagen: WEB

martes, 25 de septiembre de 2007

Viles estructuras...

Calles que chocan en aparente oscuridad,
Que silencian verdades inconscientes,
Que reprimen y subyugan nuestra mente
A un estado elevado de crueldad.
Y la culpa no se oculta, incandescente,
Se retuerce con el filo del destino.
Enemiga la elección, fue mal camino
El andado hasta ahora asiduamente.
Solo un haz de luz que me refleje,
Solo eso y enloquecen mis sentidos.
Lo sincero desordena lo vivido
Que tenía encarcelado a mi presente.
Solitario el corazón cuando se siente
Confundido al bifurcarse la salida.
Se acelera hasta ver sangrar la herida
De la lucha caprichosa e insolente.
Nadie gana en realidad, solo mentiras
Que se imponen devolviendo al cuerpo calma.
Pero en un segundo que se aquieta el alma
Duele ver que la verdad está perdida.

martes, 11 de septiembre de 2007

Resulta fácil...

Alguna vez le escribí:

"Me enseñaste que no es bueno que el olvido se nos torne habitual en el camino si la memoria nunca estará en calma... Me enseñaste que tu amor me llena el alma, y si el tiempo nos sumerge en la distancia lucharemos separados pero unidos"...

Recuerdo que le regalé estos versos un 11 de septiembre de 2001 sin saber qué sería de nuestro futuro.

Hoy, a seis años de aquella historia, me resulta fácil aprender a sobrevivir diariamente porque estoy a su lado de nuevo... Ver como puedo pelear con la realidad que aplasta cualquier intento de respirar aire puro, de remover la tierra para que broten hojas nuevas; discutir con el mundo con la necedad de quien desea vivir en lo que alguna vez se llamó "utopía"... reinventar lugares, espacios, personas, sueños...

De su mano siento que puedo hacer esto y mucho más. La mayoría de la gente que lo conoce comparte lo que pienso, pero no lo dice... Y yo, celosa, con miedo, aguerrida y protectora, lo abrigo a cada instante... Ahí es cuando nada me importa.

Hoy sigo siendo su eterna compañera de lucha. Decidí estar al lado del hombre más maravilloso que pude haber conocido, tan lleno de ternura como de fuerza. Contradictorio, sí, pero adorable en cada discusión aunque uno no se proponga quererlo. Con errores como cualquier ser humano, pero con la nobleza de reconocerlos a tiempo... a su tiempo, ése que va al revés del que marcan los relojes de la burguesía, los mismos que usa con ironía y sin quejas. Así vive, y trata de ser feliz con cada elección que realiza.

Ése hombre es el que amo... es el que me enseña a tener paciencia a pesar de mis impulsos, a sonreir a pesar de las broncas y a no "comerme" por los nervios.

...Gracias por dejarte amar al menos de a ratitos... y feliz día.

Hasta la victoria siempre.

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lunes, 3 de septiembre de 2007

Amar y Envejecer II

Ya no me encuentro preguntando sobre amor;
por fin no hay nada que pretenda no saber,
Entiendo que no hay relación entre amar y envejecer .
Ya no me encuentro preguntando como dar;
por fin comparto, por el miedo de perder,
el milagro de tus caricias llegando el amanecer.

Ya no me puedo contestar un “yo que sé?”,
p
or fin entiendo que en tus redes yo caí.
Ya no me encuentro preguntándome un “por qué?”.
Por fin entiendo de una vez el porque sí.
Porque te vi, te deje entrar, cerré la puerta y te elegí.

Porque esos dos faroles pueden hacer
que si estoy fané, las pequeñas cosas
se bañen del brillo de tu ternura
que transmitís cuando me mirás.
Hoy puedo entender que te gusta el té,
que odias el café, que no querés rosas,
que a pesar del vértigo no hay altura
que impida que me saque el disfraz.

Tirando a matar, dándonos changüí,
puro razonar, puro frenesí.
Se escribe así nuestra historia,
que funcione o no, que esté bien o mal,
vivirlo con vos para mi es la gloria.
Sin escatimar, sin darnos de más,
sin acelerar, sin tirar pa’ atrás.
Siempre fue así nuestro asunto;
le falta de acá, le sobra de allá,
retocándolo, pero siempre juntos.

Ya no le temo a ese cagón que habita en mi,
ni a sus ataques tontos de furia precoz;
distingo excusa y resultado,
y ahora elijo estar con vos.
Ya no me encuentro figurando en el veraz,
por fin no debo más de lo que va a venir;
pago el precio de tenerte, darte amor y ser felíz.

Ya no me puedo contestar un “yo que sé?”,
por fin entiendo que en tus redes yo caí.
ya no me encuentro preguntándome un “por qué?”
Por fin entiendo de una vez el porque sí.
Porque te vi, te deje entrar, cerré la puerta y te elegí.

Porque me es imposible imaginar
agonía más cruel, más aterradora
que tu alma y mi alma alejándose;
Uno arriba del tren y otro en la estación.
En los momentos en los que quiero escapar
De mi propia piel, vos sos mi doctora;
con tu panza y mi panza rozándose
no hay poeta que no haga una canción.

Tirando a matar, dándonos changüí,
puro razonar, puro frenesí.
Se escribe así nuestra historia,
que funcione o no, que esté bien o mal,
vivirlo con vos para mi es la gloria.
Sin escatimar, sin darnos de más,
sin acelerar, sin tirar pa’ atrás.
Siempre fue así nuestro asunto;
le falta de acá, le sobra de allá,
retocándolo, pero siempre juntos.

Piti Fernández - Las Pastillas del Abuelo
Imagen: WEB

jueves, 30 de agosto de 2007

Gestos...

Los gestos suelen esconderse detrás de un detalle ínfimo que muchas veces pasa desapercibido por delante de nuestros ojos. No los vemos porque naturalizamos los ambientes, nos acostumbramos a la rutina cotidiana, y cuando algo ínfimo rompe con la metodicidad diaria no nos sorprende porque lo absorbemos en nuestro automatismo. Ironías de la vida.

Una caricia, un elogio, mínimas cuestiones pueden engrandecer el alma. Una flor puede darnos la paz que siempre buscamos. Un beso es capaz de generar tanta ternura… esa que no se deja describir por inaprensible, pero que se hace sentir a través un rastro casi inolvidable.

Así vive ella. Procura regalarle cada instante de su vida porque lo ama… lo ama con la profundidad que jamás se haya conocido entre la raza humana: algo indescriptible por lo grandioso e increíble por lo incondicional. Prepara la cena todas las noches como si estuviera en presencia de un ritual sagrado… “que no falte nada”, piensa. Feliz de condimentar sus horas con delicias para el amor de su vida, espera que la puerta del departamento se abra y aparezca él con una sonrisa.

La espera en su historia ha sido una constante que nunca logró cansarla. Y digo que así vive porque aguarda un gesto que la haga sentir mujer nuevamente. Desea… Se impacienta y vuelve a empezar. Espera salir del trabajo y verlo a él en la vereda de enfrente, ansioso por abrazarla y ahuyentar la energía negativa que la opacó durante la jornada laboral.

Espera una caricia que descubra su anatomía, desafiando las leyes de la memoria, aquellas que siempre nos terminan apresando en lo mecánico, en la inercia de los acontecimientos, en el "ya te conozco".

Ruega que su hombre le devuelva el beso de cada mañana, ése que ella le da sin que se despierte. Se hunde en sus mejillas, respira su perfume y sueña que se acurruca entre los pliegos de su piel, en su cara, para mecerse cada vez que ría…

Gestos que le hagan cosquillas. Eso quiere… Disfrutar de la felicidad por estar enamorada. Escuchar un te quiero que la sorprenda y le quite las ganas de dormir. Llorar, pero de emoción.

Quiere sólo un gesto… para renovar su amor y seguir en la eterna complicidad que la une a él.

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viernes, 17 de agosto de 2007

En ausencia de besos

El pedido se transforma en súplica y en muchas oportunidades salpica de incertidumbres mi presente. Entonces decido callar, masticar la bronca que me aprieta la garganta y secar mis lágrimas antes de que broten a la luz. Con vos a mi lado, feliz de poder verte sonreir cada mañana al despertarme, o de observarte caminar por la casa... una vez más llena de tu cuerpo, tus manías y actitudes, pero en ausencia de besos. Arisco por naturaleza, a veces no creo que lo seas sino que lo aparentes... por qué conmigo entonces?

No pido más que un beso para curar las heridas que arrastré durante años, para aquietar los movimientos bruscos de una soledad que acecha a cada paso que damos, que quiere dar el manotazo y quedarse con alguno de nosotros... un beso que me endulce los labios y entibie mis pies en las noches. Que me acaricie el pelo mientras duermo y vele por mis sueños. Que me abrigue, me alimente, me de fuerzas para caminar, energías para correr, calma para pensar y pasión para seguir enamorándome de vos.

Hoy leí en Página 12 un artículo sobre la importancia de los besos y su relación con el amor. Cómo explicarte lo anacrónica que me siento por ser tan romántica. En el texto citan un verso de Neruda que me atravesó por completo: "En un beso sabrás todo lo que he callado"... ni siquiera me das la oportunidad de transmitir sólo una milésima parte de lo que te amo. No me dejás actuar, me anulás los movimientos con un abrazo y aún así, me hacés estremecer.

Sólo necesito dejar de estrangular lo que siento. No te imaginás lo increíble que es para mi perderme entre tus labios... Ojalá puedas comprenderme.

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jueves, 19 de julio de 2007

...

Lo suave se torna áspero cada vez que intento comprender tus actitudes. Ya no pregunto si te voy a ver, sino cuándo será el día que me recibas con una sonrisa, un fuerte abrazo y un beso inolvidable que me haga perder entre tus labios. No pido nada más que eso.
Una vez dijiste que la mujer de tu vida debía tener cinco características: novia, amante, amiga, madre y compañera... No sé si hoy voy a poder decirte lo mucho que te quiero por ser mi amigo, además de ser la persona que me gustaría encontrar cada mañana a mi lado, al abrir los ojos. Que el destino no me prive de tu presencia al menos unos minutos...

miércoles, 18 de julio de 2007

1976

A Jorge Julio López, desaparecido el 18 de septiembre de 2006

Carencia de tiempo,
De paz y de olvido.
Paciencia de nadie;
Se escapa el destino.
Me ciega la vida
Y se torna la noche
Presencia constante,
Rutina mediocre.
Me abraza el infierno,
Respiro tortura
Que ahorca mi risa.
Rebelde locura.
Camino en el fango
De un cielo siniestro;
Me siento perdido
En mi propio cuerpo.
Silencio del diablo,
Se acaba la historia.
Mis ojos se pierden,
Eterna memoria.


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miércoles, 11 de julio de 2007

PROyecto MACabro... ¿o no?

CARTA DE MAURICIO MACRI A LAS FF.AA. PUBLICADA EN LA EDICION DEL 5 DE JUNIO DE 2007 EN "EL DEMOCRATA"


Me dirijo a usted para hacerle conocer el pensamiento que, desde Propuesta Republicana (PRO), nos anima a ejercer el control de la gestión gubernamental, tratando de concretar desde la acción legislativa, un Estado más eficaz y justo. Pretendemos que todos los sectores de la ciudadanía estén genuinamente representados en el Congreso Nacional, atendiendo a sus necesidades e intereses.

Reivindicamos los valores políticos, sociales, religiosos, éticos y culturales que han conformado el acervo histórico de nuestra nacionalidad; para ello, sostenemos principios que son pilares de toda República Moderna: Libertad, Justicia, Equidad, Igualdad de Oportunidades y Orden, desalentando así todo sistema antagónico que implique conducir a confrontaciones sin sentido.

Las FF.AA. y de Seguridad han dado muestras sobradas en los últimos años de su compromiso con la democracia. Es por ello que deseo reconocer la templanza que han demostrado, igual que sus familiares, frente al sistemático hostigamiento del que son objeto, cargando con culpas de desgraciadas circunstancias vividas 30 años atrás. No podemos pretender edificar una sociedad moderna y civilizada sobre la base de rencores y odios que solo profundizan divisiones que fueran trágicas para el país. Creer que se acumula poder a costa de sacrificar las Instituciones, deteriora la cohesión social e impide el reencuentro definitivo de todos los argentinos.

Desde el inicio de mi actividad política he propuesto, resaltando el valor de la pluralidad y el disenso, que el diálogo sea el instrumento natural en la relación entre circunstanciales adversarios políticos, en lugar de utilizar la difamación, el insulto y la agresión como armas para descalificar a quienes piensan distinto. Se de las actuales restricciones presupuestarias que padecen, tanto en el orden personal como operacional, dificultan el normal desenvolvimiento de las actividades profesionales de cada una de las instituciones.

Bregamos por una sociedad más equitativa donde los aportes de los contribuyentes se destinen a eliminar progresivamente las deficiencias en las áreas de Salud, Educación, Servicios Públicos y Seguridad, proyectando decididamente recursos e ideas, con Planes de Gobierno que reduzcan drásticamente la brecha económica entre los sectores más ricos y más pobres de la sociedad. Esta es la única alternativa para aspirar a una Argentina más justa y con oportunidades para todos.

Reciba mis cordiales saludos, extensivos a su grupo familiar.

Mauricio Macri


PD: "...cargando con culpas de desgraciadas circunstancias vividas 30 años atrás..." ?????????

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martes, 3 de julio de 2007

Felicidades...

Comenzar con la muerte, desandar el camino hacia la vida y luego, por fin, regresar a la muerte.
En otras palabras: la vanidad de intentar decir algo sobre alguien.
Paul Auster


La frase aparece en la primer hoja del libro La Montonera, de Gabriela Saidon. Me pareció ideal para comenzar a hablar de vos. Cuando pienso en los ’70, en la valentía de aquellos que dieron la vida por resistir, y me veo a tu lado... agradezco tanto haberte conocido... Que tus 32 y mis 29 nos sorprendan juntos, y por qué no, que en lugar de ser dos, seamos tres.

El 3 de julio de 1979, él estaba cumpliendo tres años de vida... tan bonito de ojos negros, como yo. En otro lado, en la Capital Federal, mis pulmones recién comenzaban a asomar al mundo: tenía sólo tres meses de vida. Nos conocimos 15 años después, porque antes, el 'azar' se encargó de mudarme a las cercanías de su casa... (ahora que lo pienso, siempre siguiéndolo). De ahí en más, como un mandato cuasi divino, luego de que una amiga de la infancia me dijera en broma “vos vas a terminar con este pibe”, jamás lo olvidé.

Hoy, a los 31 años recién cumplidos, sigue pareciendo un chiquito en la permanente búsqueda de la felicidad. Sin pecar de vanidosa por conocerlo, él es único en su estilo de vida, dulce como pocos con quién y cuándo quiere (a pesar de que se hace rogar conmigo), y despierta en la mayoría de la gente que se cruza por su destino una enorme curiosidad. Difícil tarea la mía, no solamente por amarlo, sino por intentar comprender sus actitudes.

Tal vez con la persecución de creer que nuestro destino se ensañó con ambos, es increíble contabilizar los tropiezos que tenemos cada vez que organizamos algo juntos. Sin ir más lejos, mi bronca incontenible se traduce en esta manía de querer verlo cueste lo que cueste, así sea mi salud. Hoy celebro su cumpleaños, sola, una vez más, y sin ganas de ahondar en explicaciones me pregunto por qué las cosas tienen que resultar tan complicadas. Pero me queda una revancha, al menos las últimas horas de este día... sólo para recordarle cuánto lo amo.

martes, 19 de junio de 2007

Mi pasión a tu lado


... "La supervivencia es la vida más allá de la vida, la vida más que la vida, y el discurso que pronuncio no es un discurso mortífero; al contrario, es la afirmación de un viviente que prefiere el vivir, y por tanto el sobrevivir a la muerte, pues la supervivencia no es sólo lo que queda: es la vida más intensa posible..." (Jacques Derrida, "Aprender a vivir" Entrevista con Jean Birnbaum)

Porque con cada gesto tuyo de indiferencia muero y me obligo a renacer constantemente. De la única manera que puedo descansar es durmiendo a tu lado. De ahí la intensidad de mi pasión, la inexplicable reinvención de lo que siento.

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lunes, 11 de junio de 2007

Contradicciones


Con el último rasguño de ira te amo.
Porque tu mirada, aunque insolente, me enciende
Hasta estremecer mis manos frías.
Insolente por haber mirado paisajes sin mí.
Desafiante también por haberme desnudado el alma.
Entre el odio y la desesperación te respiro,
Entre atisbos asmáticos me arriesgo al retorno.
Me cuesta mantener la calma.
Con los pulmones vacíos por correr hasta tu sombra,
Lavo mis mejillas con caricias de nuestros recuerdos.
Ahora ya no me hundo, es tu risa la que me salva.
Refugiada en el tiempo, artífice que muta fantasmas
Y provoca incendios en pantanos húmedos,
Descubrí los recovecos de tu piel proscripta
Mientras tus dedos escribían los límites de mi cuerpo.
Entonces incendiamos nuestra historia,
Reinventamos los instantes esquivando el barro.
Pero por haber acumulado vivencias que aún me hieren,
No tanto por crueles sino por egocéntricas,
Por ser tan caprichosamente tuyas y no compartidas,
Cultivo inseguridades alrededor de tus besos.
Y me angustio. Me castigo.
Contradigo a mi pasión al saberte de memoria.
Por eso la bronca escoltada por mi obstinada ternura,
La incondicionalidad irracional y los abrazos.
Por resignarme a ser tuya para siempre
Aún en la más absurda locura.
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viernes, 8 de junio de 2007

Casualidades retóricas...


"Es también nuestra intención erradicar la corrupción, ofreciendo como norma la honestidad, la idoneidad y la eficiencia. Con madurez y sentido de unidad es fácil pensar en la recomposición del ser argentino. Ese ser argentino, basado en madurez y en sentido de unidad, permitirá inspirar para elevarnos por encima de la miseria que la antinomia nos ha planteado, para dejar, de una vez por todas, ese ser "anti" y ser, de una vez por todas, 'pro': 'Pro argentinos' "

Jorge Rafael Videla para el 25 de mayo de 1976.

Fe de Erratas


Donde dice "mi cielo"
debiera decir "no me alcanza".
Cuando digo "te espero",
que conste, te pido revancha.
Donde dice "certezas",
debería decir "disparates".
Debiera decir "flor de idiota"
si juro "jamases".
Donde fui un mamarracho
debería haber sido una sombra.
Cuando era más joven debiera haber sido más cosas.
Donde digo "hasta siempre",
debería decir "ya veremos".
Cuando muero por vos
debería morirme de viejo.
Porque a veces me escucho
y hay veces que me doy la espalda,
y es por eso que pongo en la mesa esta fe de erratas
de mi corazón.
Debiera decir "cobardía"
donde digo "por las dudas".
Cuando soy un cretino
debiera serlo sin mayúsculas.
Cuando pido "socorro",
debería decir "no me quejo".
Donde empiezan tus piernas
debieran quedarse mis besos.
Cuando juego a perderte,
debería perder sin excusas.
Debería decir "¿para qué?"
cuando digo "me sobra".
Donde pido "olvidáme",
debería aclarar "no es urgente".
Cuando digo "futuro"
debiera avisar "no me corras".
Lo que sueñan mis sueños
a veces lo embarran mis ganas,
y es por eso que pongo en la mesa esta fe de erratas
de mi corazón.
Porque a veces me escucho
y hay veces que me doy la espalda,
y es por eso que pongo en la mesa esta fe de erratas
de mi corazón.

Ivan Noble
Imagen: WEB

miércoles, 30 de mayo de 2007

El día que un café me regaló un instante…

"Las utopías permiten las fábulas y los discursos se encuentran en el filo recto del lenguaje"
(Michael Foucault, 1999)

Salí del trabajo angustiada. No me importaba nada: ni la gente que me pasaba por al lado, ni el aumento de sueldo que nunca llegó, el frío o los semáforos. Caminaba. Sólo eso. Y abrigada hasta la nariz proyectaba la película de una historia sin final, o con un desenlace demasiado enroscado como para asumirlo.

Un paso, una caricia. Otro paso, un abrazo. Al doblar la esquina, una postal de ambos en Gesell. Ésas y otras imágenes me recorrían el cuerpo insolentes, caprichosas, sin permitirme un resguardo en mi memoria, y provocándome bronca en cada suspiro. Me surcaban la piel mientras el frío de la calle se encargaba de maldecirme por estar con tanta ropa, y soplaba cada vez un poquito más fuerte.

Entré en el primer bar que ví con pocas esperanzas de satisfacer mi hambre. No tenía casi dinero en la billetera. “Fin de mes mata” pensé, y pedí un cafecito, así, en diminutivo, como dando lástima… o dándome lástima. Estaba muy enojada con mis impulsos y la puta manía de extrañarte, que ya me ahogaba. Logré mirarme desde otra perspectiva y no podía tolerar más lágrimas. Como pude sequé mis mejillas y me reté mentalmente. Cuando fui a lanzarme sobre el café recién dejado en la mesa, la mano de un hombre tomó repentinamente la mía mientras se escuchaba una voz cálida que me decía “¿por quién lloran esos ojos? No vale la pena apagar el brillo de una mirada tan linda con tanta tristeza”.

Era el mozo, que ni bien terminó de decir esto me soltó y se alejó con una sonrisa seductora en los labios. Yo quedé absorta. Lo miré, bajé la vista y comencé a sudar por la vergüenza de mi transparencia, y el piropo del tipo. Tomé el café casi sin bajar la taza, dejé el dinero justo de lo que valía mi consumición y me fui sigilosa, sin hacer ruido. No quería mirarlo. Ni lo saludé. Hacía mucho tiempo que alguien no reparaba en mis ojos. Eso me quedó titilando en el cerebro. Un hombre cualquiera que se dedicó a enaltecer la desestrozada imagen arrojada por una mujer con el rimmel corrido y el gesto desfigurado por añorar algo que no fue. Así estaba yo... pero según el mozo, con "una mirada tan linda"...

Volví al frío y en mi cabeza ya no daban la misma película de siempre. Era otra, una que transcurría en un bar donde la protagonista se cruzaba con un insolente tipo que sin querer, le regalaba con su irreverencia un instante de feminidad admirada, un rubor adolescente difícil de encontrar en estos tiempos.

De tanto pensar, milagrosamente no me dí cuenta de la baja temperatura que azotaba a Buenos Aires en aquel momento. Seguí caminando sin sentir la térmica en los huesos. Esa vez el frío no me hizo nada. Y entonces por fin comencé a reír.


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lunes, 21 de mayo de 2007

Extrañar

Jode descubrir esta vulnerabilidad que me hace frágil ante cualquier ventarrón del pasado que se active por puro capricho cotidiano. No me sostengo, por el contrario, dejo que mi cuerpo caiga en el vacío de esta cretina memoria, tan persuasiva e irrespetuosa como de costumbre.

Memoria que me asalta insolente en cualquier lugar, con todos y con nadie, que repite los versos de una canción obsesiva por convencerme de que “no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió”.

Memoria que me grita al oído hasta volverme loca y luego desaparece como por arte de magia...

Claro que no vuelve todo a la normalidad cuando esto ocurre. Mi mente trata ordenar los recuerdos removidos para acomodarlos otra vez en el sitio indicado pero, sigilosamente, cada uno de ellos susurra tu nombre, estremece mis sentidos, niega tu ausencia, a tal punto de que nunca se llega a reestablecer la paz en mí.

Y pienso... cada día que muere es un poco más pesado, y las vivencias son cargas demasiado difíciles de sobrellevar en su mayoría. Uno quiere aprender de ellas, pero con el correr de los años me convencí de que ante la debilidad, cualquier error es posible. Me refiero a esa debilidad que se disfraza de abrigo y me abraza con tu perfume. Que a veces se calza tu sonrisa y me despierta del mal sueño en el que vivo... entonces te siento cerca, sólo en aquella nebulosa imaginaria.

Debilidad que tiene como aliada a la memoria, que me deja autoengañar mientras creo haber enterrado nuestras caricias, y que cuando menos lo espero, me antepone los recuerdos caprichosos de todo lo que viví y me hizo caer en este amor rengo.

Traicionera. Cobarde.

Así continúo el camino... sin vos.

Lo único que sabía vencer era el cansancio, aunque ahora me encuentre presa de sus garras... subyugada a él.

Imagen: WEB

Octubre de 2002

viernes, 18 de mayo de 2007

HIPÓCRITAS


¿Quién se acuerda de López?
A 8 meses, nadie te nombra...
Nadie toma en cuenta la burla, la farsa del poder.
Indigestada de mentiras, vomito promesas huecas.
Que alguien me explique.
Que alguien te tenga presente...
Que puedas hacerte verbo para dejar de ocupar el lugar de significación, hoy mediocre y
bastardeado por muchos desmemoriados, del sustantivo desaparecido.
Que la verdad no se compre en una esquina.
Que no seas sólo una remera de moda para usar en cada marcha que surja.
Que la sociedad toda te grite.
Que aparezcas...

Ausente


Lejos suelo estar, aún estando cerca.
La vacuidad transgrede mis sentidos
Y hace añicos a la espera que enloquece.
Lejos suelo estar, aún en compañía.
Una amenaza de abrazo es un castigo
Que se pierde en un fraseo inútil
Y me reduce al agobio de mi mente.
Hastiada de vivir en la agonía, respiro.
Lejos suelo estar, aún estando sola.
Sigo sin mirar, en esta lucha terca
Que fatiga sentimientos escondidos.
Suelo hundirme en miedos insolentes
Y rasguño, peleo: hipócrita memoria.
Nostalgias de un pasado que brota
Asalta mi presente, persistente.
Solitaria la razón que no se aquieta,
Susurra una canción que me emociona.
Certidumbre de fusiones entre penas
Y reclamos de tenerte conmigo.
Lejos se sufren más las depresiones.
Imagen: WEB

miércoles, 16 de mayo de 2007

Anarquismos...


La furia de sus manos es quien golpea
Paredes de recuerdos guardados sin sentido.
Entre abrazos se dirime la sonrisa del después,
Y en un segundo la bronca atrapa los silencios
Hastiados de reproches al destino.
Nunca supieron caminar solos
Porque les pesa la mediocridad del ayer,
Y entre ellos se gesta la vacuna sensual de la pasión
Que los conduce a la insolencia enajenada.
Asesinos inmorales de lo preestablecido,
Anarquistas del desamor por elección,
Se embriagan con el vino de aquellos besos
Que alguna vez mataron sus palabras.
Se entrelazan en un halo de preguntas
Que la culpa recoge entre las sábanas
Y la historia se recicla sin permiso
Mientras ellos deciden sellarse en el adiós.
Escapan de los fantasmas abismales
Que alucinan en noches condenadas
Al consuelo mutuo, que desangra soledades
Y desata los nudos absurdos de la confusión.
Se despiden de un comienzo inexistente,
Muertos que respiran ilusiones,
Sobreviven a los gemidos de sus cuerpos
Y aún saben que el encuentro es inminente.


Yo, en una tarde cualquiera... en aquella tarde.
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martes, 8 de mayo de 2007

Para no olvidar...



"Tu proscripción en mi vida se vio sacudida ayer por tu llegada, aunque parezca contradictoria la crónica, tras una larga estadía vaya a saber donde. El arribo cuasi impensado se fue anunciando sobre la marcha… y pasó Ezeiza en mi cuerpo… Ezeiza del ’73… una masacre de estructuras, defensas, argumentos y seguridades se extendió sobre las sábanas; cadáveres de mí, de la que armé".




Fragmento del texto "Ezeiza" - Noviembre 2006
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Ficciones

"El hombre es una invención cuya fecha reciente muestra con toda facilidad la arqueología de nuestro pensamiento... si esas disposiciones desaparecieran tal como aparecieron... entonces podría apostarse a que el hombre se borraría, como en los límites del mar un rostro de arena".

Michel Foucault - Las palabras y las cosas

lunes, 7 de mayo de 2007

Aquél viejo león...



A M.L.

Mirada torva.
Se acerca imperceptible, conociendo cada uno de mis futuros movimientos. Arrastra sus pies que desde hace décadas vienen acumulando las huellas de un pasado ciclotímico e incierto, como su presente. Me estudia.
Observa.
Su conducta habla de una persona políticamente apasionada y moralmente correcta, como alguna vez creí serlo yo.
Esconde experiencias de vida que le enseñaron a defender aún más sus ideales, y casi contradictorio, los desafía cuando vive al límite de los mismos, en aquél disfrute de la materialidad superflua que hace feliz al ser humano.
No teme.
Aunque muchas veces sus inseguridades lo lleven a equivocar el camino, al estancamiento constante, a sumirse en el estado del fracaso, tiene la capacidad de sembrar una alta cuota de intelectualidad, ternura y conciencia en las personas que tuvieron la dicha de conocerlo –hasta donde él quiso-. Cansado de andar al acecho de un instante de paz, se arma con un simple intercambio discursivo que lo subyugue en el hombre político en que se convirtió. Entonces reluce su perspicacia, inquieta con sus palabras que salen como balas a disparar ante el adversario; descoloca.
Tiene esa manía.
Y lo sabe.
Lo disfruta.
Soberbia gentil que mucha gente no comprende, deja que uno mismo se entorpezca con tan sólo la duda que pueda sembrar. Soberbia de líder, aunque no quiera dar el gran paso.
Sonríe frente a mi debilidad. Comprende que todo lo que sé de él me aprisiona en una complicidad incondicional. Sabe que estoy. Y que no traiciono ideales.
Luce como un hombre de 30 años, sin embargo la versatilidad de su vida lo envuelve en el imaginario de alguien que ya peina canas. Experiencias aceleradas lo chocaron violentamente, pero sigue firme, más fuerte, y oculta la sabiduría de aquél que conoce los códigos de la jungla.
Habla lo necesario para convencer y sueña lo imposible para vivir.
Se acurruca cuando duerme ocultando así el poder que tiene entre sus garras. Se convierte en niño cuando ama, en adulto cuando llora y es hombre cuando pelea. Compleja personalidad. Atrapante.
Está lo suficientemente cerca de mi cuerpo. Sólo una caricia y caeré otra vez ante el hipnotismo que provoca. Sólo una.
Pero fueron dos... y la moral se le destrozó junto con la mía.

viernes, 4 de mayo de 2007

Otro jueves cobarde


Otra tarde como las demás
sin amores rotos de casualidad
otro jueves de esos que no se dejan besar.

No eran las esquirlas del rencor,
eran telarañas en el corazón;
una flor con lagañas,
un desamor sin amor.

Hoy que no me encuentro la nariz.
Hoy que no me sale ni dormir,
no le pongas miel a la verdad,
que si ando muerto es de tanto resucitar.

Otra tarde que no arde, esta tarde sin pasado mañana.
Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas.
Otro jueves que no sabe bajarse ni los pantalones.
Otro jueves que anda dando lástima por los rincones
de esta tarde en coma 2.

Otro jueves como los demás
demasiado martes,
demasiado igual.
Ni te declaro la guerra ni tú me firmas la paz.

Y el planeta baila su gangrena,
y otra vez volvieron a embarrar la fiesta
los idiotas en celo
y las sopranos con tos.

Y hoy me quedo mudo para oir lo que nunca te supe decir.
No perfumes tanto la verdad
que si ando muerto es de tanto resucitar.

Otra tarde que no arde, esta tarde sin pasado mañana.
Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas.
Otro jueves que no sabe abrocharse ni los pantalones.
Otro jueves que anda dando lástima por los rincones
de esta tarde en FA menor.

Y hoy que no me encuentro la nariz.
Hoy que no me sale ni dormir,
no maquilles tanto la verdad
que hasta a los muertos nos excita resucitar.

Otra tarde que no arde, esta tarde sin pasado mañana.
Otra tarde tan cobarde, esta tarde que no prueba manzanas.
Otro jueves que no sabe bajarse ni los pantalones.
Otro jueves que regala lástima por los rincones
de esta resaca sin vos.

Caballeros de la Quema
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Tal vez entiendas...


"...Recuperé la noción del compromiso revolucionario como un proceso mucho más complejo que la respuesta que solemos dar a quienes nos preguntan por qué elegimos ese compromiso. Recordé que la clandestinidad, al igual que el coma, tiene grados. Que uno se va internando en sus profundidades hasta toparse con un extraño que te mira desde el espejo..."
Diario de un clandestino - Miguel Bonasso

miércoles, 2 de mayo de 2007

Un lustro de silencios obligados

Al despedirse le dijo que intentara descansar, pero no pudo hacerlo. Los nervios no le permitían mantener el globo ocular quieto aún con los ojos cerrados. Observaba todo lo que estaba a su alrededor intentando no pensar. Sus párpados le pesaban pero no quería dormirse.
No así, sin él.
Y se desesperaba por lo que le sucedía internamente, por no poder calmar aquella locura de amor que, según sus propias palabras, la mantenía viva desde hacía unos meses. El reencuentro. El volver a empezar. Demasiado para asimilarlo de golpe.
Casi seis años de agonía fueron los que sellaron sus historias con experiencias por separado. Para la mujer no era un dato menor. Las anécdotas de la convivencia que intentaron allá por el año 2000 fueron motivos suficientes para batallar contra la memoria y sus recuerdos. Quería borrarlo de su vida no por haber sido infeliz a su lado, sino porque necesitaba sentirse capaz de continuar sola el camino, sin que nadie la abrigara -como siempre soñó-.
El engaño la había marcado, pero eso no importaba. Lo que quería superar era el amor que se resistía a huir de su cuerpo, de sus cinco sentidos. Él significaba todo en su mundo. Ése mundo había sido cosntrucción de ambos, y ella no toleraba semejante fracaso con tan sólo 21 años.
Sin embargo, el devenir del tiempo ayudado con cuatro años de terapia, logró al menos el autoengaño necesario para intentar recomponer su vida. Tras vencer el dolor del primer momento y las lágrimas -nunca suficientes- de "aquello que no fue", pudo volver a sonreir. Costaba, pero a través de la imposición había podido naturalizar la sonrisa y acostumbrarse al gesto.
Así conoció al hombre que le permitió sentirse armada nuevamente, quien le organizó el desorden sentimental que durante muchos años la mantuvo apagada. Y creyó que le había llegado el momento de ser feliz, de volver a amar, de abrazar sin recurrir a viejos sentimientos.
Pero el destino tiene esas vueltas tan inexplicables e inoportunas, que una vez más, y sin que ninguno se diera cuenta, la vida los volvió a juntar.
La mujer, convencida de haber enterrado la historia más importante de su existencia, lo miró sin poder disimular sus nervios. Él, sagaz como de costumbre, no escatimó en laberintos discursivos a la hora de seducir. Sabía que aquello que alguna vez la había enamorado no podía fallar. Porque además, estaba convencido de que aquella mujer hablaba con los ojos, y estos nunca le ocultaron cuánto lo extrañaban. Así comenzaron a jugar con la pasión sin miedo a caer entre sus garras.
Y perdieron.
Una y otra vez perdieron.
Ella se desarmó por completo, y decidió ponerle fin a la relación que tanto bien le hizo. No le importaba nada más que volver a estar con su gran amor. Tanta espera, tantos silencios obligados y reprimidos...
A medida que los meses pasaban, la cotidianidad entre aquella pareja reinventada se iba alimentando a pasos agigantados. Vivencias, risas, lecturas, intelectualidad, caricias, besos, regalos y gemidos fueron construyéndolos de nuevo. Los mismos pero diferentes.
En su cuarto repasaba la película de su relación y necesitaba tenerlo consigo. Ya no toleraba la idea de despertarse sin su compañía. Se lo dijo, no hace mucho, pero él ahora nada en un mar de explicaciones ausentes y paciencia desmedida que la llena de incertidumbres. La desespera, y enloquece con el miedo que le genera la inseguridad que, sin quererlo o queriendo, alimenta sus dudas.
Amigas, pensamientos, vivencias al lado de otra mujer, lugares que recorrió sin su compañía, sentimientos no corrsepondidos, todo la mata.
Él dice que la entiende. Y que hay que esperar un tiempo más para lucirse de la mano frente al mundo. Ella lo escucha. Se enoja. Se muerde por dentro. Tiene terror de volver a vivir la misma escena que hace casi seis años atrás la demolió.
No obstante acepta una vez más, con nervios, los mismos nervios que la otra noche impidieron su sueño, pero con la certeza de que el amor que siente es lo único que la completa.-

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