1- Lloras.
Mucho. Tanto que se te hinchan los ojos. La careteas con los demás “era un
forro, ya no daba” “ahora me doy cuenta de lo bien que estoy sola” “a ver si la
mina con la que está le banca el olor a pata”. Seguís llorando cuando nadie te
ve. Te mirás al espejo y ves un espanto de cara, pelo y bigotes. Decidís
maquillarte. Ya no llorás tanto. Te tomás las medidas: 80-110-185. Sos un
triángulo. Empezás la dieta enserio.
2- Etapa
de autoconvencimiento: 3 kilos bajados, soy una diosa! Salís a buscar
chongos. No estás acostumbrada a caminar
con tacos, te tropezás feo. Sonreís, tenés un diente pintado y no te diste
cuenta. Se te salta el esmalte de uñas con el brackets cuando intentás
acomodarte el alambrecito que se te corrio. Caminas sensual mientras podés. Te
gritan “mamaza, con ese culo vení a cagar a casa”. Te angustiás. No te
levantaste ni a la mañana.
3- Arranca
la etapa de cursos: Fotografía 1, Instructorado de Pilates con base de Reiki y
Meditación Coreana, Repostería Moderna para la Mujer Fácil y Curso de
Acompañante terapéutico método Violencia Rivas. No te cierra nada. Llegás a tu
casa. Estás más sola que Kung Fu. Morfás dulce de leche. Te crece el culo
nuevamente. Te angustiás una vez más.
4- Salida
con amigas: Momento inolvidable en el que no sólo te das cuenta de lo hecha
mierda que estás, sino que la felicidad te brota porque a Vicky la dejó el
novio por la compañera de la facultad, Maru está en crisis con su pareja de
hace 10 años (se puso de novia en el secundario) y Flor tiene dudas sobre su
identidad sexual pero no se anima a dar el paso. Toman como locas. Se empedan.
Te encara un chabón. Te gusta. Comenzás a bailar. Te mareás. Vomitás. Se va el
chabón. Te angustiás por enésima vez. Seguís chupando.
5- Reencuentro
con tu primer ex. Lo buscaste por Facebook. Estás nerviosa. Te planchaste el
pelo. Afuera llueve. Lo ves en la esquina. Está más bueno que comer pollo con
la mano. Se saludan. Charlan. Se ríen. Te sentís mujer de nuevo. Se despiden.
Te da un beso en la boca. Le preguntás ¿qué somos?. La cagaste, no te llama
más. Hace falta decir que te angustiaste de nuevo?
6- Etapa
facultativa: retomás los estudios. Conocés nuevas amistades. Te invitan a una
fiesta en la casa del novio de la compañera de Semiótica de la chica que cursa con
vos Historia. Vas. Te divertís. Volvés a fumar. Probás un porro. Hablás
boludeces. Confesás que una vez te measte de la risa y tenías 15 años. Te miran
raro. Seguís hablando boludeces. Empezás a decir el abecedario eructando. Te
dejan sola porque deciden ir a bailar al patio. Te pedís un taxi. Bajoneás un
pedazo de pizza que tenías en la heladera. Quedaste frita. Milagrosamente, no
te angustiaste.
7- Etapa
de evaluaciones médicas: hoy ginecólogo. No hiciste a tiempo a hacerte el
cavado. Te afeitaste la zona. Tu ginecólogo es muy lindo. Te ponés nerviosa. Te
hace el pap, la colpo y te dice “tenés un mosaico en el útero, hay que
estudiarlo para descartar HPV”. Automáticamente lo puteás al que te dejó, te
sentís sucia. Al final no era nada. Te jurás no coger más con nadie sin forro.
Sabés que es mentira. Mientras pensás, no das más de la picazón en el pubis. La
maquinita es traicionera.
8- Dia
de tu cumple: te llama para saludar (nada más cruel) Se te erizan los pelos.
Estabas bien, se lo contás, le decís que empezaste la facu y que conociste a un
chabon (claro está, ese pibe no es real) Te felicita. Te confiesa que va a ser
papá. Le cortás. Llorás. No atendés el teléfono. Rezás para que no se le pare
más. No te sirve. Te visita tu mejor amiga. Se empedan juntas y terminan en el
Golden asqueadas de tanto relajo.
9- A
casi un año de la ruptura, un día te levantás distinta. Salís a la calle como
sin tiempo. Cantás. Sonreís. Te subís al bondi. Te preguntan “bajás?”. No sabés
por qué pero decís que si cuando la respuesta debería haber sido no. Bajan
juntos. El pibe entra a un cine. Lo seguís. No te gusta, pero te atrae.
Terminan tomando un café. Se van juntos. Pasás la mejor noche de tu vida.
Quedan en verse.
10-Volver
a empezar: no te pusiste de novia con el del bondi, pero te sentís mejor que
nunca. Atrás quedaron las lágrimas. Estás con tres chabones a la vez pero
ninguno te enamora. La pasás bien. No rendís cuentas a nadie. Sin saber cómo,
volvés a creer en el amor, y en que algún día llegará. Aprendés a disfrutar de
la vida. Recién ahora, después de tanto, sos vos de verdad.