jueves, 6 de junio de 2013

Una vez



Una vez decidí compartir instantes, de esos que uno no olvida jamás en la vida. Instantes en donde el tiempo se perpetúa ante nuestros ojos y la cabeza retiene imágenes de olores, sonidos y música de manera extraordinaria. Compartí mi embarazo, mi carácter y mi manera de ver las cosas. Mi sonrisa, mi ironía, mis ganas de cambiar el mundo, mis debilidades y mis broncas. Las peleas con mis viejos y la partida de mi hermana. Mi pasión por la danza y mi ignorancia con algunas cuestiones futbolísticas. Compartí el día que parí a Lisandro. Mis dolencias de mamá. Mi llanto por lo que no logré. Mi incertidumbre por lo que vendrá. La primera papilla de mi hijo, el primer día del padre en familia y hasta mis deseos de volver a bailar en un escenario.

La cobardía de un mail tiró todo por la borda. No hubo un diálogo sino un reproche. No hubo un argumento, sino una forma de interpretar parte de la realidad.

Me prometí no volver a compartir tanto de mi vida y tan rápidamente como lo había hecho con él. Amistad le llaman. Persona que debí conocer prefiero decir yo.

A pesar de eso, y por lo vivido, feliz cumpleaños. Donde estés. 

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