viernes, 6 de septiembre de 2013

A LA VEJEZ, VIOLENCIA

Y un día te das cuenta de que estás vieja como el orto cuando vas a la facultad, a tu querida facultad de siempre que soportó nervios, histeriqueos con compañeros, birras, parciales, finales, complicidades, profesores grossos, profesores pelotudos, profesoras sucias, profesoras fumadoras empedernidas... Ese día en el que te preparaste ansiosa como todos los años para ir a votar con nostalgia, con algo de ignorancia sobre lo que pasa en los pasillos y en las aulas... ése día, resulta que te dicen DISCULPE SEÑORA. Ajá. Señora. Yo nunca voy a ser señora, entendés pendejo insolente? Nunca. Esto que ves acá, este pliegue de mierda que tengo en las ojeras no es una arruga, es vida. Esta panza caída y culo abollado, no tienen desperdicio en la cama. Esta várice incipiente es talento en la pista de baile. Este pantalón de jean ajustado cual matambre es seducción. Este bigote es Frida Kahlo, es arte. Esta uña despintada es pasión por lo que hago. Este brillo en la frente y grela en el cuello de la camisa blanca es laburo. Y esto querido, esto *se toca las tetas* es pobreza con orgullo. Y encima de todo el Viejo Topo sigue socavando los cimientos de la vieja sociedad. Boludos.
Gracias por el espacio. Feliz votación *teje un echarpe. Se arranca una cana. Se pone Manzan en la hemorroides*

1 comentario:

Doxificadora dijo...

Excelente! Describiste con precisión algo que me pasa cada vez que vuelvo a mi casa de "alto' estudio'".