jueves, 25 de agosto de 2011

En crisis. De como mi vida pasó a transformarse en tuya

Ser dos en el cuerpo de una sola persona es demasiado para mi cabeza. Tratá de entenderme. Desde hace unos meses intento conectarme con vos. Se que lo nuestro es de ombligo a ombligo, pero me cuesta. Tal vez cuando seas grande y me leas, preguntes, mires y sonrías mi vida tendrá el sentido que siempre le quise encontrar. Lo cierto es que hasta que eso pase primero tenemos que atravesar juntos esta etapa. Es difícil. Maravillosa pero difícil. Inexplicable en aspectos íntimos y muy incómodo en aspectos corporales. Por qué negarlo? No, es así. Incómodo también y no me avergüenza decirlo. 
Te voy a explicar algunas cuestiones: Desde hace unos meses no puedo correr. Saltar menos, y bailar como lo hacía antes hasta ahí. La decisión es mía eh? pura y exclusivamente mía más allá de los consejos del doctor. A ver, disfruto de mi tiempo de otra manera, pero extraño demasiado mi hiperkinesia que no dejaba sentar a nadie a mi alrededor. Así de molesta era... Ahora no soy yo solamente la que va por la vida sino dos personas, entonces cuando hago muchas cosas vos me reclamás quietud y tranquilidad de una forma poco convencional si se quiere pero válida, claro. No te recrimino, no te enojes, simplemente te digo que me duelen las patadas cerca del pubis, tratá de enfocar un poco más arriba y no me endurezcas la panza porque no me gusta. Por otro lado, las vitaminas de hierro no están buenas. Las repito, vos también, lo sé, no lo niegues. Tampoco me dejás comer chocolate. Ni kiwi. Ni medallones de menta. Ni puedo tomar Fernet ilimitadamente. Ahora me hacés tomar mate cocido, café con leche a cualquier hora y querés comer jamón crudo cuando se te antoja. Está bueno pero no del todo. Me gusta lo que elegís aunque no puedo brindar para festejar. No te rías porque me pican los pechos. Esto va en serio.
En cuanto a mi intimidad debo confesar que los cambios son novedosos. Me percibo más humana, y todo es por tu presencia. Tengo la sensación de que en cualquier momento voy a explotar de amor pero no del amor rosa, ese del que todos hablan y terminan comiendo perdices como en las novelas. Es un sentimiento que nace desde el medio de los pulmones y trasciende absolutamente todas mis extremidades. Vos latís ahí, sos lo que trasciende, entendés? Eso es mágico. Es lo más fabuloso que pude sentir hasta ahora. 
Como te habrás dado cuenta nuestras citas son muy esperadas. Al aproximarse la fecha de visita al doctor pienso que me voy a encontrar con el hombre de mis sueños. No, no es el doctor, aunque te confieso... es muy lindo... shhh no se lo digas a nadie. Te decía, el hombre de mis sueños sos vos!! Entonces me arreglo, me pinto, me peino, me perfumo y elijo la ropa que voy a usar. Cuando llega el momento, dejo la panza al descubierto para que un gel frío me prepare la cabeza de un saque y pueda concentrarme por completo. Respiro hondo e imagino que el monitor es tu fotografía. Miro fijo tu figura y te movés para complacerme: ahí nomás provocás mis lágrimas. Me conmovés. Solo en ése momento me siento más mujer que nunca. Gracias por regalarme esos instantes.
Te enteraste que fuimos a votar? Por la emoción, no? viste... votamos dos veces en lo que va de este viaje juntos. Votamos por un gobierno nacional y popular... ya te voy a explicar bien pero sé que lo disfrutaste tanto como yo.  Sos un sujeto político desde mis entrañas! no estoy loca,  ya me vas a entender. O por ahí sí estoy loca, pero esta locura contagia. Bienvenido al mundo, a la lucha incansable y a los horizontes infinitos de utopías. 
Así estamos. La crisis interna no es pasajera. Y las crisis no siempre son malas. Esta, por ejemplo, es la que me salva. 
Por eso hijo cuando me leas, voy estar a tu lado abrazándote fuerte mientras te digo al oído que te amo más allá de todo. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me inclino y digo Chapeaux - Lali

Daniel Ortiz dijo...

Excelente, una página memorable, muy elocuente, mostrásela a muchos varones, así podemos entender mejor estas cosas...